wu wei, wu: la anarquía es coqueta y deliciosa

lejano oriente
no es haber perdido la orientación
pero la piel de Masanobu Fukuoka
nos ha abandonado.

y ahora la tierra es abundancia,
y ahora la tierra es ahora.


que fluya la vida
eróticamente
el llanto y la risa,
el gozo y la muerte,
tú y yo,
aquí y en el lejano oriente.

silencio,
la lluvia ya se anuncia

si quieres saber de mí,
olvida este banal intento
de aportar explicaciones:
quémalo y lanza semillas al campo.


todaslaspalabrasmienten
pero los dedos
con los que deseo
hacerte garabatos
en el cuerpo,
no.

abandonemos el leviatán
sin hacer más ruidos
que los que emitan nuestros pasos
y que las fricciones se esparzan
en el valle oscuro
donde se esconden las colas sensuales
de nuestros ángeles sin sombra
por que “el imperio jamás se fundó,
a eros nunca le creció la barba”.

debajo de tus piernas,
el rastro te acusa de ser amante,
brujo, niño salvaje y anarquista;
en el palpitar de tu pecho
se susurran los sueños
mas bellos del universo.

entre tus muslos
hay un mundo en delirio
y allí crece la hierba
que se deslizará
para hacer nuestro camino
hacia el paraíso ingobernable
que deseamos
mientras las insulsas letanías
del castillo de cemento
se desmoronan.

2 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Amma Sinclética dijo...

El Imperio del Espíritu
es Grande y Majestuoso.

Es Bello.

Aristocrático
como la reluciente hoja
de la espada Excalibur;
como el cuello helado del cisne:
desaire de una dama
inaccesible y misteriosa.

Imperio Inmemorial
de nobles vasallos
que cometían acto de heroísmo;
duelos a muerte
por salvaguardar su honor;
raptos furtivos rumbo
a perdidos y remotos reinos;
coronaciones, insignias, capaz largas
como la amplitud de los bosques
de un Mundo desconocido y maravilloso.

Imponente: como la Fuente Mágica.

…Desgarrador: ¡Mi Imperio!

¡Colosal!: Un Dragón rojo volando por el Cielo,
Huracán azul volcándose sobre mi cráneo débil,
Avalancha celeste de viento loco.

¡Poderoso!: Como las lágrimas de las doncellas
y la risa de los niños:
nuestras legítimas autoridades
en nombre de la única Rosa que existe
sobre la faz de la Tierra entera.

Y alzo mi vista hacia Él
y grito frenéticamente cegada por su Luz:

¡Bravo…!

¡Bravisimo
formidable Reino Cósmico
de generaciones!

¡Vida eterna al Príncipe Feliz,
morador y Rey del Corazón del Cielo y de la Tierra!